Una joya en paradero desconocido:
la Anunciación de la ermita de la Encina en Moarves de Ojeda.
Miles de objetos románicos se encuentran actualmente en paradero desconocido. No hay día en el que no nos sorprenda la noticia de que ha salido a subasta una imagen románica o se ha encontrado un claustro largo tiempo olvidado (quien no recuerda el archiconocido claustro de Palamós).
Palencia no ha sido menos y muchos pueblos se han visto expropiados de elementos de su patrimonio. Recuerdo cuando mi abuela me contaba como el desconocimiento de la gente de los pueblos hacía que los “listos” se aprovecharan y compraran por dos duros lo que un pueblo necesitado no dudaba en entregar.
Hoy traigo a “Románico al detalle” la que puede considerarse una de las maravillas escultóricas del románico de Palencia, la Anunciación de la ermita de la Encina en Moarves de Ojeda, actualmente en paradero desconocido.
De nuevo es Miguel Ángel García Guinea quien nos da una descripción detallada del relieve y nos deja un testimonio gráfico del mismo. Él tuvo el privilegio de verlo en los años cincuenta del siglo pasado, dejo constancia de su preocupación al ver que una pieza tan valiosa sirviera para sostener las vinajeras en una ermita aislada y predijo, lo que lamentablemente se cumplió, su desaparición “Desgraciadamente entre la primera y segunda edición de este libro el relieve ha desaparecido”.
¿Qué representa el relieve y dónde radica su valor?.
Se trata de una pieza que mide 55 cm de ancho por 60 cm de alto. En ella se plasma el momento en el que el arcángel Gabriel anuncia a María que es la elegida para ser la madre del hijo de Dios.
Un arco acoge a los dos protagonistas, a la izquierda el ángel que sujeta una cruz mientras que con su mano diestra señala a la Virgen la cual aparece a la derecha de la escena. El ángel [1] inclina su cabeza como muestra de respeto a María, en su cara se refleja una tímida sonrisa. La cruz [2] que porta es equilátera algo poco común en el arte occidental (si la comparamos con la Anunciación de San Juan de Ortega el ángel lleva consigo una cruz latina). La Virgen María [3] baja la mirada y se lleva las dos manos al pecho, dispuesta a acatar la misión encomendada.
Sin duda, destaca la dulzura de los rostros y el maravilloso trabajo de los pliegues de la ropa. García Guinea la atribuye a los talleres del cercano monasterio de San Andrés de Arroyo e intuye en ella influencias francesas, como olvidar la sonrisa del ángel de la catedral de Reims. La originalidad y naturalismo que observamos en este relieve es elevado por eso se data a finales del siglo XII-comienzos del XIII.
Los sentimientos que afloran en la escena pueden ser tomados como el principio del cambio en tierras palentinas. Este elemento de transición es vital para entender el largo camino que en nuestras tierras se vivió hacia un nuevo estilo. De momento no podremos dar respuesta a las preguntas que Miguel Ángel García Guinea se plantaba “¿Por qué inexplicable circunstancia ha ido a parar este bellísimo relieve a una ermita semiabandonada? ¿Para qué iglesia se hizo? ¿Se labro para el ángulo de algún claustro o el dintel de una puerta?”.
Dos opciones: ser utópicos y pensar que algún día, en un remoto lugar, alguien encontrará este precioso relieve y lo entregará al lugar al que pertenece o ser realistas y conscientes de que es muy difícil que podamos volver a gozar de esta joya.
“Desgraciadamente de esta importante pieza escultórica sólo queda la fotografía que yo la hice, sacando el bloque fuera de la iglesia en 1955- Ya hace años, cuando otra vez quise volver a verla, había desaparecido de la ermita. Su paradero es desconocido, aunque algún día, puesto que existe la fotografía. Podrá, quizás, recuperarse”.
Miguel Ángel García Guinea (1922-2012)
Todas las citas, referencias y la fotografía se pueden encontrar en la obra de Miguel Ángel García Guinea «El románico en Palencia». Edit. Excma. Diputación Provincial de Palencia. Palencia, 1975.